Etapa I: ejercitación de los reflejos (de 0 a 1 mes).
El bebé llega al mundo dotado de diversos reflejos. Unos desaparecen y otros, evolucionan hacia conductas mas complejas como consecuencia de su aplicación constante a objetos externos. Reflejos como la succión, los movimientos de brazos y piernas, etc. Constituyen los primeros esquemas sensoriomotores del bebé y los cimientos del desarrollo cognitivo humano.
Continúa la evolución de los esquemas sensoriomotores a través de acciones dirigidas al propio cuerpo. (Succión, vocalización, presión, etc. que se van ejercitando constantemente). Además, empieza a coordinar un esquema con otro: visión-audición, succión-prensión, visión-prensión.
Etapa III: reacciones circulares secundarias (desde los 4 a los 8 meses)
Como consecuencia de las acciones del bebé sobre los objetos, se producen resultados que despiertan su interés y que le refuerzan a repetir una y otra vez la misma acción por el placer de volver a experimentar los mismos efectos. Es por eso que inicia una actividad intencional; ya que su intención por alcanzar objetos que puede manipular le conducirá a interesarse por la exploración del medio.
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