miércoles, 26 de enero de 2011

Memoria y utilización de estrategias. Resolución de problemas.


Una buena parte de las actividades de aprendizaje que el niño preescolar realiza está basada en la utilización de estrategias de memorización.
Más que ser una cuestión de ausencia-presencia, el desarrollo de estrategias de memoria implica un progresivo refinamiento de los procedimientos de memorización que lleva a cabo el niño y su mayor eficacia. Las dificultades que tienen los psicólogos para evaluar el uso de estrategias en el niños muy pequeños responden a un hecho incuestionable: a tales edades hay que vigilar expresamente el estado motivacional del niño hacia la tarea, su grado de implicación personal, el tipo de demanda mnémica (relativo a la memoria) que le solicitamos, y la familiaridad con el material de aprendizaje.
Según la teoría de Piaget, una de las notas más definitorias del pensamiento preoperatorio en relación con el operatorio es su funcionamiento asistemático y basado en indicios perceptivos.
En la edad preescolar, cuando el niño se enfrenta a un problema su conducta es azarosa y errática, guiada solo por principios de ensayo y error.
Gelman y Gallistel (1978) se propusieron investigar sobre la adquisición de las nociones de cuantificación y su aplicación aritmética. Para ello partieron de un modelo teórico que prescribía la existencia de una serie de principios que el niño debe conocer para saber contar. Estos son: correspondencia uno a uno, supone conocer que a cada objeto de una colección se le debe asignar un solo numero; el principio de ordenación estable, indica la conveniencia de expresar los nombres de los números en un orden constante; principio cardinal, establece que el ultimo numero de una secuencia numérica corresponde al valor cardinal del conjunto; el principio de abstracción, define los objetos o fenómenos enumerables; y por último, el principio de irrelevancia del orden, establece el carácter arbitrario de la asociación entre un determinado objeto y un numero, ya que puede contabilizarse en diferente lugar o posición con respecto al resto.
Por otra parte, Siegler, demuestra que las bases de este desarrollo comienzan a establecerse a partir de los tres hasta los cinco años.
Siegler parte de un análisis racional de la tarea suponiendo que su resolución implica cuatro reglas. La primera regla consiste en considerar solamente los pesos, de modo que si son iguales, la balanza permanecerá equilibrada. La segunda regla considera también el peso, pero examina la distancia al fiel, en el caso de que los pesos sean iguales, la tercera regla, se considera tanto el peso como la distancia; sin embargo, en el caso de que ambos lleven a predicciones contradictorias (un lado con mayor peso y el otro con mayor distancia), el sujeto responde de manera inconsistente. Por último, la cuarta regla, supone la resolución de tales inconsistencias, ya que el sujeto multiplica cada peso por su distancia correspondiente y compara los productos.

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